PANDORGO 1996
PANDORGO 1996


Nació en Cabeza del Buey, Badajoz, casado con Elena Fernández Pallarés, llega a Ciudad Real en 1938.
Hombre emprendedor inicia su vida en el mundo de la hostelería, siendo un gran barman y creando su propio negocio (bar-Restaurante EL Aperitivo), consiguiendo gran popularidad, por su estilo distinto, por el buen trato, por su buena cocina, por aquellos cangrejos y por ser su casa una escuela de barman.
En su vida de hostelero y otros negocios, estuvo más de veinticinco años en su negocio, el cual ha sido visitado por los más inéditos y variopintos personajes de todo el mundo, se ve un hombre que emana alegría y tranquilidad.
Compaginó esta vida con el mundo deportivo siendo directivo del Club Deportivo Manchego y creando el equipo de juveniles con el nombre de, Español, que llegaría a obtener grandes cotas en su historia deportiva.
También participó como directivo en el club Yedra y en otras actividades de organizaciones hosteleras como ser presidente del Sindicato Profesional de Hostelería; al mismo tiempo y como Agente Comercial ha tenido una actividad bastante relevante y activa en la revista del Colegio de Agentes Comerciales desempeñando varios años el cargo de Contador del mismo. Pertenece a la Peña el Botellín con la que participa en todos sus actos y lo vemos siempre con su blusa, boina y garrota.
También pertenece como todos los Pandorgos a la Hermandad Ntra. Sra. del Prado Por sus relaciones humanas y comerciales ha tenido un gran trato con la gente y ha hecho muchos amigos que hoy mantiene. Es el Pandorgo decano y goza de gran simpatía en todos los colectivos, presumiendo de nuestras tradiciones manchegas, sin olvidar sus raíces extremeñas, asiste a todos los actos y fiestas con su esposa Elena y gusta vestir con atuendos manchegos. En el 2002 celebró sus bodas de oro. Felicidades pareja.
Ilmo. Sr. Alcalde regidor de ésta Ciudad .........
Sin par Dulcinea, Reina de la Belleza .........
Hermosas y gentiles damas .........
Queridos compañeros Pandorgos ....
“Con la venia de vuestras mercedes que Dios guarde”.
Querido pueblo de Ciudad Real.
Tenéis aquí porque así lo habéis querido, a vuestro Pandorgo de hogaño.
Tenéis aquí a un hombre enamorado, porque ¿Quién no se enamora de ésta tierra rigurosa, de ésta tierra paciente y abierta que con tanto amor acoge a todos los que llaman a su puerta generosa...?
Porque habéis de saber que yo nací a la vera misma de ésta inmensa provincia que se hace universal por el buen nombre de nuestro señor D.Quijote y que se hace extremeña y descubridora por las andanzas aventureras del Guadiana que busca la mar oceana.
Me hice manchego por circunstancias de la guerra, allá por los años treinta y por convencimiento, inmediatamente después. Y cuando me fuí haciendo mayor, empecé a ser ciudadrealeño de corazón, al identificarme con vuestra hidalguía y buenas maneras, lo que prendió en mi corazón con un fuerte afecto por mis nuevos paisanos, por todos vosotros. Afecto, que aun no ha cesado y que, por el contrario, ahora se hace más grande y más profundo.
Aquí y no en otro lugar estuvieron mis afanes. Este cielo azul, limpio y sereno, es el que guardó, ya para siempre, mis amores más profundos.
Y si grande es el cariño que siento por Ciudad Real y los ciudadrealeños, no menos grande e intenso es el fervoroso amor que siento, desde mozo, por la Señora que vela, celosa, por los siglos de los siglos, de ésta ciudad, que la tiene por Patrona y es por sus hijos muy amada.
Para ambas mi devoción más entrañable. Para Ciudad Real, mi sentimiento agradecido, por la dicha, a veces abnegada, que me ha proporcionado. A vosotros, mis paisanos, mi sincero afecto, por vuestra acogida y amistad que ya es imperecedera, porque no me la regateasteis nunca y que guardo como el más hermoso tesoro que poseo.
Vuestro Pandorgo os quiere de verdad. Vuestro Pandorgo de hogaño, os saluda con el gozo de saberse amigo vuestro. Vuestro Pandorgo 96, os desea lo mejor para vuestra vida y la mejor diversión honesta y desenfadada en ésta Pandorga jubilosa y en las próximas fiestas de Agosto.
Y a nuestra Señora del Prado, amorosa Madre de todos, le imploro con la emoción del momento, que siga derramando bienes sobre éste pueblo paciente y agradecido, bendecido con su amor y su infinita bondad.
A todos, un fuerte abrazo.
¡Viva Ciudad Real!
¡Viva la Virgen del Prado!
¡Viva la Pandorga!.
Maria Santísima del Prado...
Madre Amantísima nuestra...
Ante ésta asamblea de ciudadrealeños, fervorosos hijos tuyos, con emoción devota y amorosamente filial, acudo a VOS SEÑORA, implorando que, así como siempre habéis mantenido vuestra protección sobre ésta ciudad que te aclama y te ama con fervor, sigáis intercediendo ante vuestro Hijo misericordioso, para que no cese nunca el amparo celestial sobre ella.
Que el amor que sientes por tus hijos ciudadrealeños se muestren con ellos, mediante la suavización de los problemas que les afectan, a veces tan duros y tan difíciles de soportar; haz que se mitiguen sus ansias y pesadumbres y que florezca en sus corazones y en sus pensamientos, la alegría, la mesura, la generosidad de la compresión y la bondad de la esperanza.
Y también que renazca la virtud del agradecimiento por las bondades que, cada día, recibimos de Dios Padre. Que por Tu intercesión, dulce Señora del Prado, se vayan arreglando los problemas tan diversos que tiene la ciudad. Dá Señora, luz y tino, a nuestras Autoridades, por las que pedimos continuamente, pues su labor no suele ser tarea fácil.
Dota a los ciudadrealeños, tus hijos muy amantes, de capacidad para amarte cada día más. Para hacer entre todos, más grata la vida en nuestra ciudad. Para, que así como la bondad de la lluvia con que nos regaló el cielo, tras la angustia de tan prolongada sequía, alegró nuestros corazones, y ésta no se manifieste con el rigor pasado. Haz, Señora, que tus hijos se diviertan en paz y en gracia de Dios, durante las próximas fiestas.
Y, por ultimo, Madre Amantísima, te ruego por la Dulcinea y sus damas, y por los Pandorgos mis hermanos queridos, para que siga reinando la armonía entre todos. Y, en definitiva, haznos a todos tus hijos un poco mejor éste año, para seguir mereciendo, Madre de bondad, tu material y generoso amor.
¡Viva la Virgen del Prado!